08 noviembre 2009

VIVENCIAS EN PEÑA DEL HIERRO III

EL POBLADO MINERO DE PEÑA DEL HIERRO

........En el término de Nerva en la provincia de Huelva, a unos 80 km de la capital y a 3 km al Norte de aquélla y a una legua por la carretera del Huerto del Loco, se ubicaban las labores mineras y el caserío al Suroeste del Cerro San Cristóbal, monte en el que se encuentra el vértice geodésico Padre Caro.
..........Dos núcleos principales, La Peña de Abajo y La Peña de Arriba, cons­tituían el poblado minero, a 1 km de distancia uno del otro, separados por el barranco de Las Cruces, que aguas arriba acoge a los diques Tumbanales n" 1 y n° 2. Otros dos caseríos más pequeños, Puerto Alegre y Los Ermitaños, albergaban al resto de la población de la mina.



La Peña de Abajo
..........En este caserío, sin una arquitectura definida, mezcla de colonial y rural, se encuentran los edificios más significativos. Por su proximidad al yacimiento estas edificaciones debieron de ser las más antiguas, pudiendo datarse entre 1882 y 1900, cuando la compañía The Peninsular Copper, C. Lted, más tarde S.A. Peninsular, lo estuvo explotando. Las últimas en construirse fueron la Casa de Huéspedes y la hilera con dos viviendas que siguiendo la alineación de este edifi­cio hacia el Sur, se levantaron junto al campo de tenis entre 1904 y 1905, años en que era propietaria de la mina The Peña Koper Mines Líed.
..........En la zona más alta de este entorno se alzaban la Casa Dirección, la Casa de Huéspedes o fonda y las Casas de Empleados, que de alguna manera cons­tituían una plaza, denominada Plaza del Centro, que era el tenis. Frente a los jar­dines de estas casas se erigía una fuente ornamental con un pequeño surtidor. Casi siempre estuvo seca y rellena de tierra, aunque en los últimos años fue restaurada.
..........En un nivel ligeramente inferior se extendía el campo de tenis. La pista de juego, que al principio debió de ser de tierra batida, últimamente estaba hecha de cemento y se conservó en buen estado hasta los últimos tiempos. Dos gradas construidas sobre un lateral, aprovechando el desnivel del terreno, servían de asiento a los espectadores. Inmediatamente detrás se mantenía el pavimento de lo que fue la caseta vestuario y almacén de accesorios para la práctica de este depor­te. A fines de los años 50 el campo de tenis fue destruido para extraer el mineral calcinado, morrongo, que se encontraba debajo. El resultado de esta operación deterioró gravemente el paisaje.
..........Este área tenía características peculiares en la época de la compañía inglesa. En parte estaba amurallada y franqueada a través de una cancela de hie­rro, que impedía la entrada por los accesos que proceden de Nerva. Para salvar el obstáculo, desde este punto, partía una carretera de circunvalación, que rodeaba los jardines de la Casa Dirección y conducía a la zona de los Talleres y de la Cooperativa. En el primer tramo de este ramal, por el lado que daba a las casas, se extendía el muro y por el otro estaba sembrado de pitas, lo que servía de protección al terraplén que conducía a un gran corralón en el que se almacenaba diverso material de ferrocarril y piezas de grandes dimensiones. A su vez, estos arbustos servían de ornamentación ya que en esta época estaban muy desarrollados, con tallos de unos 3 a 4 metros que sostenían las flores y el fruto, llegando a medir sus hojas casi 2 metros de longitud.
..........En niveles inferiores del terreno, hacia el Noreste, se encontraban Los Talleres, el Economato, conocido como La Tienda, y las calles San Teodoro, lla­mada comúnmente calle del Taller, y la de San Carlos; y más abajo, hacia ponien­te, las Oficinas Generales, que ocupaban un gran edificio de dos plantas.
..........El acceso a los Talleres, desde la carretera y a la altura del Economato, se hacía cruzando un puente, bajo el que pasaba el ferrocarril procedente de la corta o la trituradora hasta los vacies situados junto a las oficinas y terminaba en la Planta de cribado o Cernidora. Por este mismo puente se accedía también a la calle del Taller y siguiendo recto, tras subir una empinada cuesta y girando a la derecha se llegaba al Pozo Maestro, y si el giro era a la izquierda se iba al Botiquín, sito en la parte alta del taller de carpintería. Continuando desde el Botiquín hacia poniente e inmediatamente detrás de la Casa de Huéspedes, se abría un gran pinar de pino piñonero, acompañado del típico matorral, y se llegaba al llano de Las Cuadras, donde tenían los ingleses los caballos para la práctica de la equitación y de cuyos establos, perfectamente acondicionados, todavía se conservan restos de los pesebres, que estaban revestidos de azulejos de cerámica, y del poyete de dos peldaños que utilizaban para subirse a los animales.
..........Todo el conjunto se asentaba sobre un terreno muy desigual, disimula­do por la exuberante vegetación, de grandes eucaliptos, entre los que surgían dife­rentes arbustos de crecimiento espontáneo. Este monte matorral lo formaban fun­damentalmente jaras, brezos e hierbas que le daban a la zona una particular belle­za, lo que contrastaba, tal como se aprecia en los documentos fotográficos de prin­cipios del siglo XX, con la inexistencia de vegetación en la cuenca minera, como consecuencia del efecto devastador que causaban los humos de dióxido de azufre por la testación de pirita al aire libre, las teleras, y por la tala de árboles que ser­vían como combustible para este fin.




..........Las casas de Dirección y de Empleados, eran de sólida construcción con anchos muros de pizarra y hermosas habitaciones que estaban bien ventiladas por amplias ventanas y tenían chimenea en el salón. Disponían de marquesina y jardín en la entrada principal, así como de un gran patio, con carbonera y retrete, en la parte posterior. En la cocina y en la pila de lavar, situada en el patio, había agua corriente, si bien el aseo en la primera época se hacía en el típico palanganero, con espejo y jarro para el agua. Más tarde se construyeron cuartos de baño, similares a los actuales, con termo eléctrico que proporcionaba el agua caliente. Las demás casas, en las calles San Carlos y San Teodoro, no tenían jardín ni patio y tampoco agua corriente, estando los retretes comunitarios en las inmediaciones. No obstan­te, algunas de ellas fueron modernizándose con el tiempo.

..........Todo este paraje culminaba hacia el Este con el majestuoso malacate levantado en 1904 sobre el Pozo Maestro y construido con madera. Ha servido de portada a multitud de informes y revistas y de él al menos existen tres réplicas que perpetúan su recuerdo, una a escala natural en Nerva, con las poleas originales, otra reducida en la Universidad de Huelva, y otra en el lugar original donde desapareció en un incendio, que se dice fue intencionado.
..........A la espalda del malacate, tras un perfil muy empinado, se encuentran la corta y las escombreras de estériles, que con una geometría casi perfecta, mar­can los niveles de los bancos de explotación de los que habían sido extraídos. Los diferentes colores de los materiales que allí están depositados, en los que sobresa­le el rojo del gossan, que intercalado con ocres y otros tonos amarillentos, le dan a la zona una singular belleza. En la coronación de estas escombreras se encuen­tran Los Riscos, del mismo color rojo que los óxidos de hierro. Fue este particular remate el que sirvió de referencia para darle a la mina el nombre de Peña del Hierro.

Miguel Vázquez Vázquez

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