14 febrero 2010

EL CONJUNTO DE LA SAGRADA FAMILIA DE RIOTINTO III

ESCULTURAS DE LA IGLESIA


Esta arquitectura, diáfana y convergente, se ve completada en su decoración, formando parte también del programa iconográfico de la iglesia, una imagen de la Virgen situada originariamente en el presbiterio, un grupo que représenta a la Sagrada Familia, en la fachada, y un Crucificado concebido como Cruz Parroquial.
En el caso de las citadas esculturas, Gil Varón se dirigió para su hechura al Jerónimo José María Aguilar Collados.

EL AUTOR
José María Aguílar Collados nació en Madrid el 16 de mayo de 1910. Su infancia y su juventud transcurrieron en el seno de una familia con profundas inquietudes culturales, fomentadas sobre todo por el padre. Este cuidaba perso­nalmente de cultivar en sus hijos una fina sensibilidad artística a través de la asistencia a conciertos, conferencias, visitas a museos, etc. En este ambiente se forma José María que pronto demuestra un carácter abierto y liberal, fruto sin duda, por otra parte, de su educación en el Liceo Francés y en la Institución Libre de Enseñanza.

............Con el tiempo se va perfilando en él una clara vocación por las Artes Plásti­cas. Esto le lleva a matricularse en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Femando donde se forma artísticamente en la rama de Escultura, escogiendo esta especialidad como vehículo propio de expresión. Al terminar los estudios trabaja como dibujante en una fábrica de bronces propiedad de la familia, para pasar más tarde a ser profesor de Dibujo en el Instituto "Ramiro de Maeztu", de Madrid, donde llegará a desempeñar la Cátedra de dicha asignatura.

............La Guerra Civil española supone en la vida de José María Aguilar, como para tantos otros de su generación, un momento crucial. En 1940, una vez terminada la contienda, José María decide entrar en la Orden Jerónima. Este paso no supo­ne un corte en su trayectoria artística. Todo lo contrario. Al ingresar en el Monasterio de El Parral, en Segovia, estableció allí una serie de talleres de artesanía (cerámica, ebanistería, escultura, etc.) que eran la principal fuente de sustento del monasterio. También en aquellas fechas trabajó con Juan de Avalos en las obras del Valle de los Caídos, donde se encuentran numerosas obras suyas sin firma, ya que en aquel momento no se les permitía a los miembros de órdenes religiosas firmar sus creaciones artísticas, quedando muchas de ellas en el anoni­mato.
............En 1965 encontramos al Padre Aguilar Collados en el Monasterio de Madres Jerónimas de San Bartolomé en Inca (Baleares). Allí ejecutaría las obras de Ríotinto y allí ha residido desde entonces hasta su avanzada edad, el Padre Aguilar no puede ya abordar nuevos trabajos de escultura; sin embargo, su labor artística continuaria acometiendo restauraciones y pintando, expresándose través del color y la forma. (Muere el 11- 02 - 92)

LA OBRA
............Como ya se ha dicho, son tres las esculturas que el Padre José María Aguilar Collados hizo para la iglesia de Ríotinto: el grupo de la Sagrada Familia, un Crucificado y una imagen de la Virgen. Estas imágenes, a excepción de la Sagrada Familia que permanece en su ubicación original, se encuentran actual­mente en la parroquia de Santa Bárbara de dicha localidad onubense.

............El grupo de la Sagrada Familia. Está realizado en hierro y se dispuso en la fachada del templo. Plasma de forma figurativa pero simplíficadamente las imá­genes de José, María y Jesús. San José se ha representado abrazando a la Virgen que a su vez lleva al Niño con el que parece mantener conversación. Jesús, en el regazo de María, porta una Cruz. Mediante distintos tipos de incisión sobre el metal, el escultor ha logrado diferenciar claramente las texturas de las telas, el cabello o las carnes, y aunque son rostros sin ojos, nariz o boca, el trazo de las líneas que definen los perfiles logra transmitir la relación humano-divina de los tres personajes. En octubre de 1965 fue llevado el boceto al herrero que lo realizaría.


MªDolores Diaz

No hay comentarios:

Publicar un comentario