27 febrero 2010

EL CONJUNTO DE LA SAGRADA FAMILIA DE RIOTINTO IV

El Crucificado. Está realizado en bronce; mide 0,50 ms. y, aunque actualmente se halla colgado en la pared, primitivamente fue concebido y utilizado como Cruz Parroquial. Según una carta del autor, fechada el 20 de diciembre de 1965, la imagen estaba por entonces dispuesta para ser vaciada. La citada carta explica el concepto de la imagen y su sentido: es un Cristo Majestad que auna en sí el recuerdo de la Pasión (ya que se representa como Crucificado) que se rememora en la Misa, y el carácter de celebración de la Resurrección (al tiempo se le figura como Cristo Majestad). De aquí que Cristo se presente vestido con túnica, pero coronado de espinas; unido a la Cruz, pero con un cierto sentido vertical y ascendente que deja intuir la imagen de un Resucitado. En este caso, si bien el rostro se nos muestra expresivo, es una vez más el diseño general de la escultura el que nos comunica todo su mensaje".

La Virgen. Es sin duda la que ofrece una iconografía más rica de todo el conjunto que estudiamos. Según la documentación autógrafa del escultor, en 1965 la imagen aparece definida como sustituta del tradicional atril, uniendo la figura de María a la liturgia de la Palabra. Sería figurada como la Madre del Verbo hecho carne, Jesús, que es presentado a los fieles recordando la primera Presentación del Niño en el Templo. El material elegido sería la madera. Pero el proyecto se ve modificado finalmente. Se mantiene la idea de plasmar la Presentación de Jesús pero se abandona el proyecto de dar a la imagen la funcio­nalidad de atril. Igualmente la madera vino a ser sustituida por el aluminio (en la cara externa) y el bronce (en la cara interna).



En mayo de 1968, la imagen de la Virgen está elaborada y prácticamente realizada en Reus. Las cartas de esta fecha aportan datos significativos no sólo en lo que se refiere a la obra en sí misma, sino que a través de su contenido se pueden vislumbrar los momentos de titubeos que vive por entonces el arte reli­gioso, que tropieza muchas veces con la dificultad del desconocimiento de técni­cas nuevas por parte de aquellos que realizan las obras. Y esto es lo que ocurre con la Virgen de Ríotinto cuya terminación se ve demorada por dificultades de taller ".


Quizás sea la última carta del autor, fechada en agosto de 1968, la que ilustre de forma más directa la motivación de la obra, que enlaza por otra parte con los presupuestos que inspira la nueva liturgia ya mencionada. El objetivo del autor fue "acercar -a los fieles- el misterio de María-Iglesia" y en esto se resume el amplio programa iconográfico de la imagen mariana.
..........La figuración de María como la Iglesia se plasma en la escultura a través de dos lecturas iconográficas: hacia el exterior María se representa como Madre de Jesús en el momento de la Presentación. El autor ha querido fijarse, tal como recoge la correspondencia, en el primer anuncio del dolor Simeón hace a la Virgen: "Una espada te atravesará el alma" (Lucas 2, 22-39). La reacción de María y de Cristo ha quedado recogida en las expresiones de ambos rostros.
..........En el reverso de la imagen, de forma cóncava, el escultor ha contado en símbolos la historia de la Salvación, partiendo de la Creación y terminando en la figura del Espíritu Santo, en una narración ascendente. En la parte inferior de la escultura se ha representado el mar en el que aparecen numerosos peces. Tal figuración puede relacionarse también con los textos apocalípticos; de hecho la representación de Cristo en majestad suele llevar aparejada la del "mar de cris­tal" o "mar celeste" que aparece a los pies del Señor. Esta referencia al Apocalipsis vuelve a ser explícita en otros símbolos de la escultura.
..........Más arriba, sobre este mar, aparece una gran concha o venera de la cual parten cuatro ríos. Aquí la referencia bíblica nos remite al Génesis. La concha simboliza la fuente de la vida; los cuatro ríos nos ofrecen un amplio significado ya que junto a un contenido meramente geográfico que une el relato bíblico a las tradiciones babilónicas, se han querido relacionar con los cuatro puntos cardina­les y también con los cuatro Evangelios. Como tales ríos, su representación ha estado asociada en época medieval a la figuración de Cristo como Cordero.
..........Y estas referencias medievales parecen haber sido recogidas por Aguílar Collados en la Virgen de Ríotinto. Sobre los cuatro ríos que hemos mencionado se halla representado un Cordero. Coincide topológicamente con el seno de la Virgen: de aquí que María se presente también como la Madre del Cordero que ha sido figurado con los cuernos. Este símbolo para Reau ofrece, de una parte, una relación con el cordero de Moisés y con el de Isaías; pero la incorporación de los cuernos remite también a la omnipotencia divina.
Por último, en la parte superior, coincidiendo con la cabera de la escultura, se ha representado al Espíritu Santo en forma de paloma. Es el punto culminante de la historia de la Salvación, ya que personifica la presencia constante de Dios junto al hombre.que el viejo

Si se observa en conjunto toda esta serie de símbolos puede colegirse que la intervención de Dios en la historia del hombre aquí interpretada es una interven­ción trinitaria: de Dios Padre, en la Creación (parte inferior), de Dios Hijo en el Cordero (parte intermedia) y de Dios Espíritu Santo en la parte superior. Así pues María aparece también figurada en relación con la Trinidad.
..........Junto a todas estas posibles interpretaciones de la iconografía que nos presen­ta la figura de María no podemos olvidar aquella pretendida específicamente por el autor acercar a los fieles el misterio de María-Iglesia. De nuevo nos encontra­mos aquí la referencia apocalíptica, ya que las primeras alusiones a tal identifica­ción provienen de los textos del Apocalipsis donde se describe a la Mujer vestida de sol identificada con la Madre de Dios.
Todo este programa manifiesta un gran conocimiento de las fuentes, de su interpretación teológica y una intencionada precisión en su uso por parte del escultor. De otra parte, aunque su intencionalidad es hacer más asequible a los fieles la identificación de Maria con la Iglesia, la catequesis propuesta a través de esta simbologia necesita sin duda de un intermediario, ya que la complejidad de la lectura iconográfica exige una explicación paralela. Recuerda en cierta manera la filosofía de los programas iconográficos medievales, aparentemente sencillos pero con amplias significaciones para los iniciados.
..........Así pues encontramos en esta imagen, como en el resto de las esculturas de la iglesia, la obra de un escultor que vive profundamente las exigencias de la Iglesia de su tiempo, del arte de su tiempo. De su estudio también se concluye la necesidad de profundizar en la obra de toda una generación de artistas que trabajan en estrecha colaboración con la jerarquía eclesiástica y que imprimen un carácter de "modernidad" al arte sacro de nuestro siglo.


MªDolores Diaz

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